Alumnos SIN CENSURA
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Dark Hina

Ir abajo

Dark Hina Empty Dark Hina

Mensaje  GrayFox Vie Jun 27, 2008 6:22 pm

Dark Hina: Fanfic

Prologo:
Luego de los desastrozos hechos que ocurrieron en el año 1999, Rodrigo escapó de Santa Cruz para apartarse de su oscuro pasado. Luego de que su familia fuera asesinada, sus amigos torturados y su pueblo destrozado, partió en busca de un lugar para terminar su existencia, fuera de su país...

"Hasta que ella me traicionó". Secretos:
Con algo de desesperación, Rodrigo llegó a una linda ciudad de Japón llamada Hinata. Había estado recorriendo el mundo entero, esperando encontrar un lugar donde morir. Su pasado como superheroe se opacaban con los de mostruo. Ya no sabía que hacer, pero algo lo impulsaba a seguir caminando. Tal vez era la esperanza, o la agonia... Sea lo que fuese, debía escapar a algun lugar para acabar con su maldición, su pesadilla. En su revuelta mente revoloteaban miles de recuerdos dolorosos, mezclados con sus días de gloria y sus sueños.
Deambulaba sin un verdadero rumbo, sin saber que esperar. Sus piernas estaban cansadas y sus brazos ya contracturados. A sus espaldas, llevaba una monumental mochila y un carro atado a su cintura. Su aspecto moreno y americano desentonaba de aquel ambiente tan asiático.
- Espero encontrar algún lugar donde ir a dormir.- Se dijo en voz baja. Su tonada argentina resaltaba, aunque su japonés era perfecto.- ¡Señor!....¿No sabe de alguna residencia barata?-.
Unos tres abuelos se dieron la vuelta a la vez, como si fuesen la misma persona.
- No hay ninguna tan barata como para tu bolsillo....- Le respondió uno de los ancianos.
Rodrigo levantó una ceja y cambió su mirada. Aquello parecía haber sido una ofensa.
- Pero hay una en la que te puede ir bien...- Otro le extendió la mano y le hacercó recorte de diario.
Él lo leyó para sus adentros...
"Se necesita conserje en residencia Hinata Sou.
Solo mujeres.
Tratar en...."
- Pero solo pueden ir mujeres...- Les replicó.
- No importa muchacho. Ellas te aceptarán.- Los ancianos se fueron y lo dejaron pensando en esa proposición. No era mala idea...

- ¡Me alegra tanto que vengan a vernos!- Una muchacha estaba hablando por teléfono.- ¡La fiesta va a ser inolvidable!-.
Keitaro estaba revisando una cuentas, mientras escuchaba a Naru hablar.
- Ahora estoy viendo como ir a Momol, Kaolla no se va a querer perderse esto por nada...- Una voz saliá del tubo.
- ¿Van a poder traer a Kaolla?... ¡Perfecto!- Miró a Keitaro y se sonrió.- Entonces vamos a estar todas.-.
- Si. A Shinobu tambien le dieron permiso para venir y Motoko no sé donde estará.... Bueno te llamo mas tarde, que tengo cosas que hacer.-.
- Bueno, nos vemos.- Dejó colgado el tubo.- ¡Estoy tan emocionada!-.
- Que bueno que las chicas vayan a poder venir a nuestra fiesta de compromiso.- Keitaro dejó los papeles y abrazó a Naru.- Estuve esperando tanto esto...-.
- Yo tambien. -.
Se abrazaron, pero Haruka entró repentinamente y los interrumpio.
- Llegaron los de la limpieza ¿Los hago entrar o no?-.
- Si ahora vamos...-.
Ambos fueron hasta el vestibulo, donde estaban unos hombres vestidos de naranja. Se pusieron a platicar sobre como podrían arreglar el desorden que se había transformado el sótano.
Mientras tanto, Shinobu y Sarah volvian de haber estado paseando en la calle. Estaban absortas en su conversación, que no vieron al extraño muchacho que iba detrás de ellas: Llevaba una mochila gigante y su cara estaba tapada hasta la mitad.
- Nunca había visto zapatos mas lindos en mi vida...- Shinobu estaba con un par de bolsas en la mano.
- Si, espero que a papá no le importe que haya usado su tarjeta para comprarlos.- Ella se sonreía, mientras llevaba unas cuantas cajas entre sus brazos.- Me los debe por no estar mucho conmigo.-.
- Si, es verdad.-.
Ambas se detuvieron para esperar que la señal de camine cambiara para poder pasar. El extraño muchacho se detuvo detrás de ellas. Parecía ser que iban al mismo lugar.
- No viene nadie.- Observó Sarah.- Crucemos ahora.-.
- ¡Sarah, espera!- Pero ella no pudo evitar que aquella niña le tirara del brazo.
Shinobu no llegó a la mitad de la calle, porque ya se había tropezado y había caído de cara al suelo. Se levantó lentamente y se llevó un gran susto: Un camión se dirijia hacía ella. En un abrir y cerrar de ojos, el muchacho extraño se lanzó a una velocidad impresionante, tomó a Shinobu de la cintura, dió un giro en el aire y se estrelló contra la pared contraria, rasgandola completamente. Ella abrió los ojos suavemente y se topo con unos ojos café que la miraban preocupados.
- ¿Estas bien?- Le dijo la voz gruesa de aquel tipo.-¿No te lastimaste nada?-.
- ...No...Gracias...- Shinobu se ruborizo.
El muchacho cruzo la calle lentamente a buscar su mochila. Luego, les dirijió una última mirada y se fue caminando tranquilo.
- ¿Quien era ese tipo?- Sarah estaba mirando la pared con la que había chocado.
Estaba destrozada, como si un automovil se hubiera chocado contra ella. En el suelo, había un papel que parecía habersele caído.
Shinobu se hacercó y lo levanto. Estaba escrito en una lengua extraña para ella.
- ¿Que es esto?- Le hacercó el papel a Sarah.
Ella lo miró con esfuerzo por unos segundos como si fuera que tuviese la letra muy pequeña.
- No entendo bien lo que dice.- Lo dió vuelta y vió que tenía una fotografia del otro lado.- Es una chica...-.
Shinobu tomó la foto y la miró detenidamente. Era una joven muy bonita, con una gran sonrisa y con unos ojos color ambar muy luminosos.
- Decia algo sobre una mentira...- Se tomó la nuca con ambas manos.- No sé leer muy bien en español.-.
- ¿Español?-.
- Fuimos mucho a América con mi papá. Allí me enseño a hablar un poquito de español....-.
Las chicas miraron de nuevo en dirección hacía donde se había ido aquel muchacho.
Fueron hacía Hinata de nuevo con algo de apuro, porque querian ver como limpiaban el sotano y sacaban la basura que Kaolla había dejado con sus Mega-Tamas. Al llegar, pudieron ver como sacaban bolsas de residuos los empleados. En la puerta de la residencia, había un muchacho parado.
- Hola...- Saludo Shinobu sin mirar.
- Hola...- La voz se le hizo familiar.
Lo miró a los ojos y se llevó una gran sorpresa: Era el mismo chico que le había salvado la vida hacía unos minutos. Ambas quedaron perplejas al verlo allí.
- ¿Viven acá?- Les preguntó suavemente. Su cara estaba al descubierto y era muy latina.- Necesito ver a la encargada, por un aviso en el diario.-.
- Ahora le decimos.- Sarah entro tirando a Shinobu por el brazo, porque ella seguía congelada.- Vamos...-.
Entraron rápido a donde estaban Naru y Keitaro. Ambos miraban por la ventana como los hombres trabajaban.
- Hay alguien afuera, esperando que lo atiendan.- Sarah habló, porque Shinobu había perdido la voz.- Es un muchacho que dice venir por algo de un diario....-.
- ¿Un chico?- Naru frunció el entrecejo.- Que raro...-.
- Voy a decirle que esta equivocado.- Keitaro fue caminando hacía la puerta.
- Me salvó la vida...- Dijo en voz baja Shinobu.
- ¿Qué?- El se dió la vuelta.
- Veniamos con Sarah cuando me caí en la calle. Casi me atropella un camion, pero él me salvó.-.
Hicieron un poco de silencio, hasta que Keitaro habló.
- Voy a tenerlo en cuenta.- Fue hacía el vestíbulo.
Al llegar allí, lo vió en la puerta golpeando. Le abrió y lo invitó a pasar. Luego de que se sentaran, y que él dejase su mochila gigante a un lado, comenzaron a charlar.
- ¿Como te llamas?- Le preguntó Keitaro.
- Rodrigo. Rodrigo Fálcon.- Le dijo él, hacercandole sus documentos.
- ¿Y de donde sos?-.
- Argentina.- Respondió con un tono algo melancólico.
- ¿Y que sabés hacer?-
- Lo que sea.-.
- ¿Y que es "lo que sea"?-.
- Bueno... Sé de muchas cosas. Se cocinar, limpiar, carpinteria, soldadura, informática... De todo un poco.-.
- Ajá...¿Y por que viniste, si el aviso decía solo mujeres?-.
- Porque no tengo ningún lugar a donde ir. Llegué hoy y ya no tenía dinero, así que me jugué y vine.-.
Keitaro se quedó callado. Sabía que no debía decirle que sí, pero tampoco podía decirle que no, si no tenía a donde ir. Así que hizo lo que le pareció correcto.
- Bueno. Hagamos una cosa: Te quedás una semana acá. Si todo esta bien, te contrato. Si no, te vas. Esta semana vas a trabajar solo por el techo y la comida ¿Esta bien?-.
- De acuerdo.- Le extendió la mano y se sonrió.
- Vamos, que voy a presentarte a las demás.-.
Se levantaron y fueron adentro. Keitaro le hizo señas a Naru para que se acercara.
- Ella es Naru, mi prometida.-.
- Hola.- Le dedicó una sonrisita algo nerviosa.
- Y a ellas ya las tenés que conocer.- Le señaló a las niñas.- Ella es Sarah y ella, Shinobu.-.
- Así que te llamas Shinobu.- Se le hacercó un poco.- ¿Estas mejor?-.
- Si... Gracias.- Ella se sonrojó un poco más que lo que se había sonrojado antes.
Se levató y fue en dirección a Keitaro.
- Te voy a mostrar tu cuarto.- Lo hizo pasar por el pasillo.
- ¿Cuarto?- Naru frunció el entrecejo.
Pero Keitaro solo se dedicó a hacerle una seña que de que despues le explicaba. Caminaron por el pasillo hasta dar con una puerta corrediza. Entraron a un cuarto que estaba pelado y a oscuras.
- Bueno, espero que sea de tu agrado.-.
Entró lentamente y comenzó a mirar hacía todos lados. Se hacercó a la puerta de vidrio y miró hacía fuera.
- Esta bien. Gracias.- Dejó su mochila en el suelo y le dió la mano a Keitaro.
- Te dejo para que te acomodes.- Cerró la puerta y fue donde estaban las demás.
Rodrigo esperó a que se alejara un poco y abrió su mochila. Sacó una bolsita donde había unos papeles, una laptop, una frazada y una cama inflable. Luego revisó sus bolsillos, en busca de una foto, pero no la encontró. Revisó su mochila y se quedó en silencio: Había perdido su última foto.

Ya habían pasado unos tres días desde que Rodrigo estaba allí. Motoko, Kaolla, Kitsune y Mei habían llegado a la residencia y ya habían adoptado al nuevo conserje. Aunque a Motoko no le había causado mucha gracia. Shinobu estaba pendiente de él, hacercandole alguna que otra cosa mientras él arreglaba, limpiaba o cocinaba.
- ¿No quieres algo para tomar?- Le preguntaba mientras que él apuntalaba una de las escaleras de la residencia.
- No, pero gracias.-.
- ¿Y algo para comer?- Sacó una pequeña viandita.- Los hice yo mismo.-.
Le acercó unos panecillos humeantes. Tomó uno y se lo metió de una en la boca. Lo saboreó y tragó.
- Estan muy ricos, gracias.-.
Kaolla vino corriendo desde el fondo, dió un saltó y paso por encima de la cabeza de Rodrigo.
- ¿Nunca esta quieta?-.
- No. Es muy activa...- Se revisó el bolsillo y sacó la foto que se le había caído.- Tomá, esto es tuyo.-.
Extendió su mano y lo miró. Luego se sonrió y lo guardó en su bolsillo.
- ¿Quien és?- Le preguntó ella.
- Ella era mi novia.- Puso un clavo y comenzó a martillarlo.- Hasta que ella me traicionó.-.
- ¿Y por que tenés su foto?-.
- Porque no tengo ninguna foto mas que esa.- Pasó el dedo por donde había puesto el clavo.- Todo lo demás lo perdí.-.
- ¿Como?-.
- ... En un incendio...- Miró al piso por unos segundos.- Fue ahí donde perdí todo.-.
- ¿Por eso estas tan lejos de casa?- Shinobu se compadecía.- ¿Por un incendio?-.
- Cuando te dije que lo perdí todo, te dije todo: Mis cosas, mi casa, mi familia... todo.- Se limpió un ojo y siguió clavando clavos.
- Perdón...- Ella estaba algo avergonzada.
- No importa, esta bien.- Dejó el martillo y la miró a los ojos.- Yo ya lo superé.-.
Se quedó en silencio, mientras Rodrigo terminó de apuntalar la escalera. Keitaro apareció y le dijo que había un problema la ventilación, pero salió corriendo cuando una pequeña tortuga voladora mecanica comenzó a perseguirlo.
- ¿Que fue eso?- Rodrigo agarró su martillo y se paró.
- Es un Mega-Tama. Los hace Kaolla y los prueba con él.-.
- ¿Y no es peligroso?-.
- Ella llama a Keitaro "El inmortal".-.
- Entiendo.- Se fue detrás de él, seguido por Shinobu.
Salieron hacia afuera. Allí estaba Keitaro esquivando misiles de aquella cosa. Pero se detuvo al verlo a Rodrigo. Luego, le tiro un par de misiles. Él los esquivó con facilidad, y le arrojó el martillo, derribando, así, al pequeño robot. Kaolla salió de atras de una mesa, con un control remoto en la mano.
- ¡Guau!- Ella se le hacercó y le tomó la mano para examinarsela.- ¡Que fuerza!-.
- ¿Vos hiciste esa cosa?-.
- Si... Aca tengo otra.- Apretó un botón y un Mega-Tama mucho mas grande apareció volando.- Ahí va.-.
La maquina desplegó una hilera de misiles y ametralladoras que apuntaban amenazadoramente a Rodrigo. Él, sin ánimo de nada, bajo corriendo las escaleras para ir al patio del lugar. La maquina lo siguió y comenzó a dispararle. Como ya se había enfrentado a muchos androides en su vida, comenzó a esquivar los disparos y a tratar de confundirlo, para que le diera una oportunidad de poder acabar con el. Pero parecía ser que cuanto mas se movia, mas podía verlo.
- Sensores de movimiento...- Se dijo para sí mismo.
Miró a su alrededor, en busca de algo que pudiera usar para combatir a esa cosa. Sabía que no tenía que usar sus poderes si no quería terminar en la calle, así que debía encontrar un modo de combatir al Mega-Tama sin hacer alardes de sus habilidades. Vió un tubo de oxígeno que parecía ser utilizado para algo, pero estaba vacio. Lo tomó y se lo arrojó a la máquina, tirandola al suelo.
- Es bueno.- Motoko se había acercado al balcón donde estaban las chicas mirando la batalla.
- ¡Ya basta!- Shinobu le recriminaba a Kaolla que no detuviera a su máquina.- ¡Lo vas a lastimar!-.
- ¡Ahora voy a usar el arma secreta!- Kaolla apretó otro botón de su control.
En efecto, el Mega-Tama se paró sobre sus patas traseras y extendió un par de cuchilas en sus aletas delanteras. Ahora sí que la cosa era seria.
- ¡¡Me cago una mierda!!- Rodrigo había notado que las cosas se habían salido de control. Ya no estaba jugando con un robot, sino que estaba en una lucha a muerte.- No me dejan opción...-.
Apretó sus puños y cerró sus ojos. Sabía que no podía transformarse, pero al menos podía aumentar su fuerza un poco, así que los músculos de sus extremidades se expandieron un poco. Se puso en posición de pelea y se lanzó contra aquella cosa con toda su fuerza. Esquivó un cuchillazo por unos centímetros, aunque su remera se rasgó y salió volando hecha pedazos por el aire. Le dió un golpe en el mentón y luego una patada en el vientre, arrojandola a unos metros de él.
- Veamos que hace ahora...- Motoko desenvainó su espada y se la arrojó a sus pies.
Rodrigo miró hacía arriba algo confundido, pero la tomó de todas formas. Encaró contra la máquina con la esperanza de derrotarla con un golpe de la espada. El androide, en cambio, le tiró un par de misiles y comenzó a dispararle con la ametralladora, fallando por poco. Él esquivo todo, dió un salto y le corto la cabeza con un estocada mucho mas fuerte que las que hacía normalmente Motoko. Se dió la vuelta y se hacercó al cuerpo inerte del Mega-Tama, que echaba chispas hacía todos lados. Miró el lanza misiles y se dió cuenta de que estaba por explotar. Tomó la cabeza del Tama y salió corriendo, aunque salió disparado cuando el robot extalló.
- ¡!- Shinobu bajó las escaleras a gran velocidad, seguida de Motoko, Naru (Que había ido por las explosiones), Haruka, Keitaro y Sarah.
Llegaron y vieron los pedazos de Mega-Tama desparramados por el suelo. Rodrigo salió del humo, con la cabeza del androide debajo de su brazo derecho. No parecía estar enojado, sino mas bien, relajado.
- Como extrañaba esto...- Dejó la cabeza del robot en el suelo y siguió caminando, pasando por el medio de la muchachada.- Con permiso, me voy a pegar un baño.-.
Todos quedaron en silencio mirando como se iba.




------Se viene la segunda parte------
Encontra todos los episodios en:

http://groups.msn.com/FanficsworldAnime/lovehina.msnw

Realkiller
GrayFox
GrayFox
Miembro comun
Miembro comun

Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 11/06/2008
Localización : Muy cerca tuyo

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.